Cirugía de cabeza, cuello, piel y partes blandas
Cirugía de cabeza, cuello, piel y partes blandas
Los especialistas en Cirugía de Cabeza, Cuello, Piel y Partes Blandas se dedican al diagnóstico y tratamiento de diversas enfermedades que afectan estas áreas anatómicas, abarcando la piel de todo el cuerpo, así como afecciones congénitas, tumorales, degenerativas, infecciosas o traumáticas, excluyendo el cerebro y la columna cervical.
Entre las patologías que pueden abordar se encuentran:
- El cáncer de tiroides, paratiroides, glándulas salivales, piel, boca, faringe y laringe.
- Bocio, nódulos tiroideos, hipertiroidismo.
- Tumores benignos de partes blandas, hueso y cartílago, entre otras.
El objetivo principal de la cirugía de cabeza y cuello es eliminar o controlar la enfermedad, preservar o restaurar la función y la estética, y mejorar la calidad de vida de los pacientes.
Área de cabeza y cuello
Procedimientos ambulatorios más frecuentes
- Punción de tiroides guiada por ecografía.
La punción de tiroides guiada por ecografía es un procedimiento médico utilizado para obtener muestras de células de la glándula tiroides para su análisis microscópico. Se realiza bajo la guía de una ecografía para garantizar la precisión y la seguridad del procedimiento. Esta técnica se utiliza para diagnosticar afecciones tiroideas, como nódulos sospechosos de cáncer o bocio nodular.
Procedimiento:
- Preparación del paciente: Antes de la punción, el paciente se acuesta en una camilla en posición supina. Se puede administrar anestesia local en el área de la glándula tiroides para minimizar cualquier molestia durante el procedimiento.
- Ubicación de la lesión con ecografía: El médico utiliza una sonda de ultrasonido para visualizar la glándula tiroides y localizar el nódulo o la lesión objetivo.
- Punción con aguja fina: Una vez que se identifica la lesión, el médico introduce una aguja delgada a través de la piel y hacia el nódulo tiroideo bajo la guía de la ecografía. Se extrae una muestra de células aspirando suavemente con la aguja.
- Control de sangrado y finalización: Después de obtener la muestra, se retira la aguja y se aplica presión en el sitio de la punción para controlar cualquier sangrado. La muestra de células se envía al laboratorio para su análisis.
Duración: La duración de la punción de tiroides guiada por ecografía depende del número de nódulos a biopsiar y de la complejidad de la situación. Por lo general, el procedimiento completo puede llevar entre 15 y 30 minutos por nódulo. Sin embargo, en casos más complejos o con múltiples nódulos, el tiempo puede ser mayor.
- Biopsia por punción de glándulas salivales
Durante este procedimiento, el médico extrae una muestra de tejido del tumor para enviarla a análisis en un laboratorio. La biopsia puede realizarse mediante aspiración con aguja fina o biopsia por punción con aguja gruesa.
¿Se necesita alguna preparación previa?
Por lo general, no se requiere preparación ni ayuno para este estudio. Antes del procedimiento, se te interrogará sobre posibles patologías previas (como el uso de anticoagulantes). En caso de estar tomando medicamentos de este tipo, se recomienda suspenderlos 48 horas antes.
¿Cuáles son las posibles complicaciones?
El procedimiento presenta riesgos mínimos, con menos del 0.3% de complicaciones, que incluyen principalmente hematoma en el sitio de la punción y, en raras ocasiones, infección en la zona puncionada.
- Biopsias Incisionales o excisionales de lesiones de cavidad oral
Las biopsias incisionales o excisionales de lesiones de cavidad oral son procedimientos utilizados para obtener muestras de tejido de la boca con el fin de diagnosticar afecciones o lesiones sospechosas. En una biopsia incisional, se toma una pequeña porción de la lesión para su análisis. Mientras tanto, en una biopsia excisional, se extirpa toda la lesión junto con un margen de tejido sano circundante.
Procedimiento:
- Preparación del paciente: Antes de la biopsia, se proporciona anestesia local para adormecer la zona y garantizar la comodidad del paciente durante el procedimiento.
- Toma de la muestra: Con la zona adormecida, el profesional médico utiliza instrumentos quirúrgicos para tomar una muestra de tejido de la lesión. En una biopsia incisional, se realiza una incisión superficial para extraer una porción de la lesión. En una biopsia excisional, se elimina toda la lesión junto con un margen de tejido sano.
- Control de sangrado y cierre: Después de tomar la muestra, se controla cualquier sangrado y se realiza el cierre de la incisión, si es necesario, con suturas o adhesivos quirúrgicos.
Duración: La duración del procedimiento varía según el tamaño y la ubicación de la lesión, así como el tipo de biopsia realizada. Por lo general, una biopsia incisional puede llevar unos pocos minutos, mientras que una biopsia excisional puede demorar un poco más debido al proceso de extirpación completa de la lesión y el cierre adecuado de la incisión.
- Biopsias de piel
Las biopsias de piel son procedimientos médicos utilizados para obtener muestras de tejido cutáneo con el fin de diagnosticar diversas afecciones dermatológicas. Estas biopsias pueden realizarse para investigar lesiones cutáneas sospechosas, como lunares, manchas, erupciones, úlceras o cualquier otra anomalía en la piel.
Procedimiento:
- Preparación del paciente: Antes de la biopsia, se limpia y desinfecta la piel en el área de la lesión. Se administra anestesia local para adormecer la zona y minimizar cualquier molestia durante el procedimiento.
- Toma de la muestra: Con la zona adormecida, el médico utiliza un instrumento quirúrgico afilado para tomar una muestra de tejido de la lesión. Dependiendo del tipo de biopsia, se pueden utilizar diferentes técnicas, como la biopsia por escisión, la biopsia con sacabocados o la biopsia por raspado.
- Control de sangrado y cierre: Después de tomar la muestra, se controla cualquier sangrado y se realiza el cierre de la herida, si es necesario, con suturas, adhesivos quirúrgicos o apósitos oclusivos.
Duración: La duración de una biopsia de piel puede variar según el tipo y tamaño de la lesión, así como el método de biopsia utilizado. Por lo general, el procedimiento completo puede llevar entre 15 y 30 minutos. Sin embargo, en casos más complejos o extensos, el tiempo puede ser mayor.
- Lobuloplastias
La lobuloplastía es un procedimiento ambulatorio diseñado para restaurar la integridad y armonía del lóbulo de la oreja, que puede haber sido dañado por el uso de pendientes pesados, dilataciones u otros traumatismos. Este proceso sigue estos pasos:
- Anestesia local: Se administra anestesia local para adormecer la zona y asegurar la comodidad del paciente durante el procedimiento.
- Intervención: Se realiza una pequeña incisión para corregir, reparar o dar forma al lóbulo de una o ambas orejas del paciente. En caso de lóbulos rasgados, se eliminan los tejidos desgarrados y se procede a una reconstrucción completa del lóbulo.
- Duración: El procedimiento suele durar menos de 20 minutos por lóbulo.
- Recuperación: Las suturas se retiran en un plazo de 10 a 14 días. Después de aproximadamente un mes, se observa una recuperación del aspecto normal o deseado del lóbulo, y pasado un período de 3 meses, se puede realizar un nuevo orificio para pendientes.
¿Cuáles son las patologías que ve un Cirujano de Cabeza y cuello?
Esta especialidad se ocupa de patologías tales como:
Tratamiento de tumores benignos o malignos en la cavidad oral (boca, labios, encías, mejillas, lengua, amígdalas y suelo de la boca), glándulas salivales, senos paranasales, orofaringe, mandíbula y maxilar superior.
Tumores benignos o malignos y algunos trastornos funcionales de las glándulas tiroides y paratiroides.
Infecciones de la piel, los tejidos blandos faciales y cervicales.
Tumores benignos y malignos de la piel de la cara y cuello, incluido el melanoma, incluyendo reconstrucción de las zonas resecadas.
Malformaciones congénitas, como quistes branquiales, quistes tiroglosos, etc.
Traumatismos faciales, heridas, etc.
¿Qué síntomas me sugieren que debo ir a una consulta con un cirujano de cabeza y cuello?
Aumento de volumen en el cuello y presencia de bultos
Dolor de oído o de garganta
Disfonía (Ronquera)
Dificultad para tragar
Lesión en la boca que no cure fácilmente
Lesiones o tumoraciones de partes blandas o piel sospechosas.
Manejo multidisciplinario
En MediPRO, la cirugía de cabeza y cuello se destaca por su enfoque interdisciplinario, colaborando estrechamente con especialistas de diversas áreas médicas. Entre estas colaboraciones destacan:
Otorrinolaringología
Dermatología
Endocrinología
Odontología y cirugía maxilofacial
Neurocirugía
Cirugía plástica
Área de cabeza y cuello
Principales enfermedades
Enfermedades de la tiroides
Bocio
El bocio tiroideo se refiere al agrandamiento anormal de la glándula tiroides, ubicada en la parte anterior del cuello y responsable de producir hormonas tiroideas. Este agrandamiento puede ser causado por diversos factores, como la deficiencia de yodo en la dieta, enfermedades autoinmunes, nódulos tiroideos, medicamentos, embarazo, inflamación o cáncer de tiroides.
El bocio puede manifestarse con síntomas como dificultad para respirar, tragar o hablar, tos, ronquera, sensación de presión o dolor en el cuello, y alteraciones en el funcionamiento de la tiroides, que pueden incluir un nivel normal (eutiroidismo), bajo (hipotiroidismo) o alto (hipertiroidismo). El tratamiento del bocio varía según su causa, tamaño y los síntomas que genere, pudiendo incluir medicamentos, suplementos de yodo, cirugía o terapia con yodo radiactivo.
Es esencial consultar con un cirujano de cabeza y cuello o un endocrinólogo si se detecta algún aumento en el tamaño del cuello o si se experimentan otros signos o síntomas de alteraciones tiroideas, para recibir un diagnóstico preciso y un tratamiento oportuno.
Enfermedades de la tiroides
Cáncer de tiroides
La función de la glándula tiroides es esencial para el cuerpo humano. El cáncer de tiroides ocurre cuando las células de esta glándula, ubicada en la parte anterior del cuello y responsable de la producción de hormonas que regulan el metabolismo y otras funciones corporales, experimentan un crecimiento y una multiplicación anormales y descontrolados.
Existen varios tipos de cáncer de tiroides según el tipo de célula que se origina el tumor, en orden de frecuencia:
Cáncer papilar, el más frecuente y afortunadamente, tiene mejor pronóstico.
Cáncer folicular.
Cáncer medular
Cáncer anaplásico.
El cáncer de tiroides puede manifestarse con síntomas como la presencia de un bulto en el cuello, cambios en la voz, dificultad para respirar o tragar, y la aparición de ganglios linfáticos inflamados en el cuello. El tratamiento principal es la cirugía, que logra curar hasta el 98% de los casos de cáncer de tiroides. En ocasiones, puede ser necesario complementar con yodoterapia.
Enfermedades de la tiroides
Nódulos tiroideos
Un nódulo tiroideo es una protuberancia sólida o llena de líquido que se desarrolla dentro de la tiroides, una glándula pequeña situada en la base del cuello, justo encima del esternón. La mayoría de los nódulos tiroideos son benignos y no provocan síntomas. Solo un pequeño porcentaje de estos nódulos resultan ser cancerosos.
¿Qué debo hacer si me toco algún bulto en el cuello y me dicen que es un nódulo tiroideo?
El diagnóstico de un nódulo tiroideo se realiza mediante una serie de pruebas que incluyen:
1. Examen físico
2. Pruebas de la función tiroidea: Estas pruebas miden los niveles sanguíneos de la hormona estimulante de la tiroides (TSH) y las hormonas producidas por la glándula tiroides para determinar si hay hipertiroidismo o hipotiroidismo (T3 y T4).
3. Ecografía: Esta técnica de imagen utiliza ondas de sonido de alta frecuencia para crear imágenes de la glándula tiroides. Proporciona información detallada sobre la forma y la estructura de los nódulos tiroideos, permitiendo a los médicos distinguir entre quistes y nódulos sólidos, así como identificar la presencia de múltiples nódulos. Además, sirve como guía para realizar una biopsia por aspiración con aguja fina.
4. Biopsia por aspiración con aguja fina: Durante este procedimiento, el médico introduce una aguja muy delgada en el nódulo para obtener una muestra de células. Por lo general, se realiza en el consultorio médico, es breve y conlleva pocos riesgos. Frecuentemente, se utiliza el ultrasonido para guiar la inserción precisa de la aguja. Las muestras obtenidas se envían a un laboratorio para su análisis microscópico.
Punción y aspiración con aguja de nódulos tiroideos
Se trata de un procedimiento diseñado para obtener células y tejido del nódulo en cuestión, con el objetivo de que un patólogo examine el tipo de tejido presente en el nódulo (benigno o maligno). Antes de realizar este estudio, el endocrinólogo o cirujano evaluará si, según las características ecográficas, el nódulo requiere una punción.
¿Se necesita alguna preparación previa?
Por lo general, no se requiere preparación ni ayuno para este estudio. Antes del procedimiento, se te interrogará sobre posibles patologías previas (como el uso de anticoagulantes). En caso de estar tomando medicamentos de este tipo, se recomienda suspenderlos 48 horas antes.
¿Cuáles son las posibles complicaciones?
El procedimiento presenta riesgos mínimos, con menos del 0.3% de complicaciones, que incluyen principalmente hematoma en el sitio de la punción y, en raras ocasiones, infección en la zona puncionada.
¿Cuáles son los posibles resultados de la punción de los nódulos tiroideos?
Los informes clasificarán los nódulos según la escala Bethesda, que reflejará distintos resultados:
- Resultado benigno: Indica un riesgo de cáncer inferior al 3%. Por lo general, no requiere cirugía, a menos que cause algún problema local. En la mayoría de los casos, se sigue con ecografías periódicas y rara vez se repite la biopsia.
- Resultado maligno (cáncer) o sospechoso de malignidad: Un resultado sospechoso de malignidad tiene un riesgo de cáncer en el nódulo del 50-75%, mientras que uno de malignidad es del 97-99%. Los nódulos con estos resultados suelen ser sometidos a cirugía.
- Resultado indeterminado: Puede presentarse en hasta el 20% de los casos. Indica que no se pudo clasificar el resultado como maligno o benigno. Las opciones incluyen observación, cirugía o realizar una nueva punción con o sin estudios moleculares.
- Sin resultado por muestra no diagnóstica: En este caso, el patólogo indica que la muestra no es suficiente o que se ha obtenido una muestra hemorrágica que no permite su clasificación en alguno de los resultados anteriores. Generalmente, se requiere una nueva punción o se decide la observación del nódulo según las características y la decisión del médico tratante.
5. Gammagrafía tiroidea: Para evaluar los nódulos tiroideos, el médico puede sugerir una gammagrafía tiroidea. Durante este procedimiento, se administra un isótopo de yodo radioactivo a través de una vena en el brazo. Luego, te acuestas en una camilla mientras una cámara especial captura imágenes de tu glándula tiroidea en una pantalla de computadora. Los nódulos que producen un exceso de hormona tiroidea, conocidos como «nódulos hiperfuncionantes», se destacan en la exploración porque absorben más isótopo que el tejido tiroideo normal. Es importante señalar que los nódulos hiperfuncionantes raramente son cancerosos.
¿Cuál es el tratamiento de los nódulos tiroideos?
El tratamiento de los nódulos tiroideos varía según su tamaño, funcionalidad y naturaleza benigna o maligna. A continuación, se describen algunas opciones de tratamiento:
- Yodo radiactivo: Utilizado para tratar bocios multinodulares con hipertiroidismo.
- Cirugía (Lobectomía o tiroidectomía total): Procedimiento principal para nódulos tiroideos grandes, bocios y cáncer de tiroides.
- Tratamiento con radiofrecuencia y microondas: Terapia mínimamente invasiva para nódulos tiroideos benignos. Consiste en la vaporización de los nódulos mediante una sonda de radiofrecuencia introducida en su interior, reduciendo su tamaño sin necesidad de cirugía. Indicado para nódulos que aumentan progresivamente de tamaño y causan problemas, es un procedimiento ambulatorio que no requiere hospitalización.
- Seguimiento: En nódulos pequeños y de bajo riesgo ecográfico, se opta por monitorear su evolución. Es esencial recordar que el tratamiento debe ser personalizado y supervisado por un profesional de la salud, preferiblemente un cirujano de cabeza y cuello o endocrinólogo.
Enfermedades de las glándulas salivales
Las glándulas salivales desempeñan un papel crucial en la producción de saliva, esencial para la digestión, la humectación bucal y la salud dental. Entre estas glándulas, que se presentan en pares, se incluyen:
Glándulas parótidas
Glándulas submandibulares
Glándulas sublinguales
Además, dentro de la cavidad oral, existen glándulas salivales menores.
Los tumores de las glándulas salivales se originan a partir de células anormales y son poco comunes, pero requieren un diagnóstico preciso, ya que muchos de ellos pueden ser malignos. Entre los tumores benignos más frecuentes se encuentran los adenomas pleomorfos, el cistoadenoma linfomatoso papilar (conocido también como tumor de Warthin), los oncocitomas y los adenomas. Por otro lado, los tumores malignos incluyen el carcinoma mucoepidermoide, el carcinoma adenoideoquístico, el carcinoma de las células acinares, el carcinoma de células transicionales, el carcinoma de células escamosas y el adenocarcinoma.
¿Cuáles son los síntomas de los tumores de las glándulas salivales?
Estos tumores pueden manifestarse como una protuberancia o inflamación en la mandíbula, el cuello o la boca, o en sus proximidades. Otros síntomas pueden abarcar sensaciones de adormecimiento en una parte del rostro, debilidad muscular en un lado de la cara, dolor persistente en el área de una glándula salival, dificultad para tragar y limitaciones para abrir ampliamente la boca. Si notas una hinchazón anómala en el cuello, especialmente si se acompaña de dificultades para respirar o tragar, es crucial considerar la posibilidad de cáncer.
¿Cómo se diagnostican los tumores de glándulas salivales?
Para diagnosticar el cáncer de glándulas salivales, se llevan a cabo una serie de pruebas que incluyen:
- Examen físico: El médico realiza una evaluación minuciosa de la cabeza, el cuello y la boca en busca de bultos o inflamación.
- Pruebas de imagen: Estudios como la tomografía computarizada (TC) y la resonancia magnética (RM) pueden ayudar a determinar el tamaño y la ubicación del tumor en las glándulas salivales.
- Biopsia (PAAF o Trucut): Durante este procedimiento, el médico extrae una muestra de tejido del tumor para enviarla a análisis en un laboratorio. La biopsia puede realizarse mediante aspiración con aguja fina o biopsia por punción con aguja gruesa.
¿Cómo se tratan los tumores de las glándulas salivales?
El tratamiento de los tumores, tanto benignos como malignos, en las glándulas salivales comprende:
- Cirugía: La intervención quirúrgica constituye el pilar del tratamiento para los tumores de estas glándulas. Su objetivo es extirpar el tumor junto con una porción pequeña de tejido sano circundante. En los casos de tumores benignos, la cirugía implica la extirpación del tumor, mientras que en los malignos puede ser necesaria la eliminación de los ganglios linfáticos cercanos. La cirugía puede ir seguida de radioterapia o quimioterapia. Es crucial que el cirujano de cabeza y cuello, con la debida consideración del riesgo potencial para estructuras nerviosas, como el nervio facial, marginal, lingual e hipogloso, proporcione una explicación detallada del procedimiento.
- Radioterapia: Esta técnica utiliza radiación de alta energía para dirigirse a las células cancerosas. Se emplea como tratamiento principal en casos en que no se puede extirpar el tumor mediante cirugía.
- Quimioterapia: Consiste en el uso de fármacos para destruir las células cancerosas. Puede administrarse en combinación con radioterapia para potenciar su efectividad. También se utiliza como tratamiento principal cuando la cirugía no es factible.
Es fundamental tener en cuenta que cada caso es único y que el plan de tratamiento más adecuado dependerá de diversos factores individuales.
Cáncer de piel melanoma y no melanoma
El cáncer de piel se clasifica en dos tipos principales: melanoma y no melanoma.
Melanoma:
El melanoma es una forma de cáncer de piel que se desarrolla cuando los melanocitos, las células responsables del pigmento de la piel, empiezan a crecer de manera descontrolada.
Este tipo de cáncer se caracteriza por su agresividad, ya que tiene una alta probabilidad de propagarse a otras partes del cuerpo si no se detecta y trata a tiempo.
Aunque los melanomas pueden surgir en cualquier área de la piel, son más comunes en el tronco (como el pecho y la espalda) en hombres, y en las piernas en mujeres.
Cáncer de piel no melanoma:
El cáncer de piel no melanoma abarca todos los tipos de cáncer que se desarrollan en la piel, excluyendo el melanoma.
Dentro de esta clasificación más amplia se encuentran diversos tipos de cáncer de piel no melanoma.
A diferencia del melanoma, estos tipos de cáncer de piel tienden a crecer lentamente y raramente se diseminan a otras partes del cuerpo.
¿Cuáles son los síntomas?
Los síntomas del cáncer de piel pueden variar dependiendo de si es un melanoma o un no melanoma.
Melanoma:
- La aparición de un lunar nuevo en la piel o cambios en un lunar existente en cuanto a tamaño, forma o color.
- Diferencias visibles entre un lunar y los demás en la piel (conocido como el signo del patito feo).
- La regla ABCDE es un método útil para reconocer los indicios comunes de melanoma:
- A de Asimetría: el lunar o mancha no tiene una forma simétrica.
- B de Borde: los bordes son irregulares, desiguales, dentados o poco definidos.
- C de Color: el color no es uniforme y puede incluir tonos diferentes de marrón o negro, e incluso tonos rosados, rojos, azules o blancos.
- D de Diámetro: el lunar tiene un diámetro mayor a 6 milímetros (aproximadamente el tamaño de un borrador de lápiz), aunque los melanomas pueden ser más pequeños en algunas ocasiones.
- E de Evolución: cambios en el tamaño, forma o color del lunar.
No Melanoma
- Presencia de un bulto persistente, firme y rojizo en áreas de la piel expuestas al sol.
- Parches de piel que se vuelven escamosos, sangran o forman costras.
- Crecimientos cutáneos que parecen verrugas.
- Zonas extensas de piel con manchas oscuras.
- Cambios en lunares existentes en cuanto a color, tamaño o textura, o que llegan a sangrar.
- Lesiones pequeñas con bordes irregulares y partes que presentan colores como rojo, rosa, blanco, azul o azul oscuro.
- Lesiones dolorosas, pruriginosas o que arden.
¿Cuáles son los factores de riesgo para desarrollar cáncer de piel?
- Tipo de piel: Las personas con piel clara tienen un mayor riesgo que aquellas de piel más oscura. Especialmente, aquellas con tendencia a quemarse fácilmente o con muchas pecas deben ser cuidadosas con la exposición al sol.
- Exposición a la radiación ultravioleta (UV): La exposición frecuente y prolongada a la radiación UV, tanto del sol como de fuentes artificiales (como lámparas de rayos UVA), es el principal factor de riesgo ambiental para el cáncer de piel.
- Historial personal/familiar: El riesgo de melanoma aumenta si hay antecedentes familiares de primer grado (padres, hermanos o hijos) con la enfermedad.
- Mutaciones genéticas: Mutaciones en células cutáneas pueden desencadenar un crecimiento celular anormal y el desarrollo de cáncer de piel.
- Sistema inmunitario debilitado: Una función inmunitaria disminuida puede aumentar el riesgo de cáncer de piel.
- Presencia de lunares atípicos: La existencia de ciertos tipos de lunares o una gran cantidad de ellos puede incrementar el riesgo.
- Edad avanzada: El riesgo aumenta especialmente entre los 60 y 79 años.
- Fumar: Fumar puede aumentar el riesgo de desarrollar cáncer de piel.
- Queratosis actínica: Esta afección puede aumentar el riesgo de cáncer de piel.
- Terapia UV para la psoriasis: Haber recibido tratamientos de luz ultravioleta para la psoriasis puede incrementar el riesgo.
- Ciertos medicamentos: Algunos medicamentos que aumentan la sensibilidad de la piel a la luz pueden incrementar el riesgo.
Es importante tener en cuenta que la presencia de uno o más de estos factores de riesgo no garantiza el desarrollo de cáncer de piel, pero sí aumenta las posibilidades. Por ello, es crucial tomar medidas preventivas, como protegerse del sol y someterse a chequeos regulares de la piel.
¿Cómo se realiza el diagnóstico de cáncer de piel?
- Examen visual de la piel: El médico examina la piel en busca de cambios que puedan indicar cáncer de piel. Se presta especial atención a los lunares o manchas existentes, así como a la aparición de nuevas lesiones con características inusuales.
- Dermatoscopia: Esta técnica permite al dermatólogo examinar la lesión de cerca para identificar signos característicos que ayuden al diagnóstico del tumor.
- Biopsia de piel: Se extrae una muestra de piel sospechosa para realizar análisis patológicos. Este procedimiento permite determinar si existe cáncer de piel y, en caso afirmativo, identificar su tipo. Es crucial que la biopsia sea realizada por un especialista en la materia, como un cirujano oncólogo de cabeza y cuello o un dermatólogo, especialmente en el caso de melanomas, que requieren procedimientos específicos.
- Determinación de la extensión del cáncer: Si se confirma la presencia de la enfermedad, es probable que se realicen otras pruebas para determinar su extensión, clasificada en estadios del I al IV. Esta información es fundamental para planificar el tratamiento adecuado.
Es fundamental que ante cualquier lesión sospechosa en la piel, se consulte a un especialista para una evaluación completa.
¿Cómo se realiza una biopsia de piel?
La biopsia de piel es un procedimiento utilizado para diagnosticar diversas afecciones cutáneas, incluyendo el cáncer de piel. Entre los métodos de biopsia de piel se encuentran:
- Biopsia con sacabocados: Se emplea un instrumento de corte de punta redondeada para extraer un pequeño fragmento de piel que abarca las capas más profundas. Esta muestra puede incluir tejido de la epidermis, dermis y la capa superior de grasa debajo de la piel. En algunos casos, puede ser necesario aplicar puntos de sutura para cerrar la herida.
- Biopsia por escisión: Se utiliza un bisturí para extirpar una protuberancia completa o una zona irregular de la piel. La muestra de tejido extraída puede incluir un margen de piel sana y las capas más profundas de la piel. Es posible que se requieran puntos de sutura para cerrar la incisión.
El tipo de biopsia de piel que se realice dependerá de los síntomas del paciente y de la extensión de la afección cutánea.
¿Cuáles son los tratamientos para el cáncer de piel?
Los tratamientos para el melanoma y el cáncer de piel no melanoma pueden variar según factores como el tamaño del tumor, su etapa, el estado de salud general del paciente y sus preferencias personales.
Melanoma:
- Cirugía: En etapas iniciales, se suele optar por la extirpación quirúrgica del melanoma. Si ha afectado los ganglios linfáticos cercanos, estos también pueden ser extirpados.
- Inmunoterapia: Este enfoque farmacológico ayuda al sistema inmunitario a combatir el cáncer.
- Terapia dirigida: Se emplea para tratar melanomas con mutaciones genéticas específicas.
- Radioterapia: Puede administrarse después de la cirugía para erradicar posibles células cancerosas residuales.
- Quimioterapia: Se reserva para casos en que el melanoma se ha diseminado a otras áreas del cuerpo.
Cáncer de piel no melanoma:
- Cirugía: Es el tratamiento convencional, que puede incluir procedimientos como la escisión amplia o la cirugía micrográfica de Mohs. También se pueden realizar biopsias del ganglio linfático centinela o linfadenectomías en caso de metástasis.
- Radioterapia: Se utiliza tras la cirugía para eliminar células cancerosas remanentes.
- Quimioterapia: Se emplea en casos de diseminación a otras partes del cuerpo.
- Terapia con medicamentos dirigidos: Utilizada para tratar cánceres de piel con mutaciones genéticas específicas.
- Inmunoterapia: Ayuda al sistema inmunitario a combatir el cáncer.
¿Cuáles son algunas medidas para evitar o disminuir el riesgo de cáncer de piel?
- Limita la exposición al sol: Evita estar al sol durante las horas más intensas, generalmente entre las 10 a.m. y las 4 p.m., cuando los rayos UV son más fuertes.
- Usa protector solar: Aplica protector solar con un FPS de al menos 30 en todas las áreas expuestas de la piel, incluso en días nublados. Recuerda volver a aplicarlo cada dos horas y después de nadar o sudar.
- Usa ropa protectora: Viste prendas de manga larga, pantalones largos o faldas largas, sombreros y gafas de sol para proteger tu piel del sol.
- Evita las camas de bronceado: Estas emiten radiación UV que puede aumentar el riesgo de cáncer de piel.
- Conoce tu piel: Realiza autoexámenes regulares para familiarizarte con los lunares, manchas y otras marcas en tu piel, así podrás detectar cualquier cambio.
- Realiza exámenes de piel profesionales: Visita a un dermatólogo al menos una vez al año para un examen profesional de la piel.
- Protege a los niños: Mantén a los bebés menores de un año fuera del sol. Los niños mayores deben usar protector solar y ropa adecuada.
Cáncer de cabeza y cuello
El cáncer de cabeza y cuello abarca los tipos de cáncer que se forman en la boca, la nariz, la garganta, las glándulas salivales y otras regiones de la cabeza y el cuello. Los síntomas habituales pueden abarcar:
Tos persistente
Cambios en la voz
Dificultad para tragar
Dolor de oído.
Un bulto o dolor en cuello que no se cura
Lesión en la boca o lengua que no se cura en 3 semanas
El proceso de diagnóstico abarca un historial médico minucioso y un examen físico exhaustivo. Puede involucrar procedimientos como endoscopias, laringoscopias, biopsias y diversas técnicas de imagen, como resonancias magnéticas (IRM), tomografías computarizadas y tomografías por emisión de positrones (PET). Las opciones terapéuticas comprenden radioterapia, cirugía y quimioterapia, ya sea en modalidades individuales o combinadas. Tras el tratamiento, la recuperación puede implicar rehabilitación con la asistencia de especialistas y otros profesionales para abordar los posibles efectos secundarios.
¿Cuáles son los factores de riesgo para desarrollar cáncer de cabeza y cuello?
Los factores de riesgo incluyen:
- Consumo de tabaco: Fumar y masticar tabaco son las causas principales de este tipo de cáncer.
- Abuso de alcohol: El exceso en el consumo de alcohol, especialmente junto con el tabaco, aumenta el riesgo.
- Infección por VPH: Este virus está asociado con ciertos cánceres de cabeza y cuello, como el de la garganta.
- Dieta pobre en frutas y verduras: La falta de estos alimentos incrementa el riesgo.
- Antecedentes familiares: La historia de familiares con este tipo de cáncer puede aumentar el riesgo.
- Exposición a luz ultravioleta: Un factor de riesgo bien conocido.
- Exposición a sustancias tóxicas: Como el amianto, presente en algunos entornos laborales.
- Edad y mala higiene bucal: Son factores a considerar.
- Inmunosupresión y predisposición genética: Pueden aumentar la susceptibilidad. Es fundamental recordar que la presencia de uno o más de estos factores no garantiza el desarrollo de cáncer de cabeza y cuello. No obstante, reducir estos factores puede disminuir la probabilidad de desarrollar esta enfermedad.
¿Cómo se hace el diagnóstico del cáncer de cabeza y cuello?
El diagnóstico involucra un historial médico exhaustivo y un examen físico completo. Se pueden realizar procedimientos como endoscopia, laringoscopia, biopsia, así como imágenes por resonancia magnética (IRM), tomografía computarizada y tomografía por emisión de positrones (PET).
Biopsia de lesiones en la cavidad oral:
El cáncer de cavidad oral es uno de los tipos más comunes, por lo que cualquier lesión sospechosa en la boca (lengua, encías, paladar, cara interna de los labios) que no cicatrice en dos semanas debe ser evaluada por un dentista o un cirujano de cabeza y cuello. Si se confirma que la lesión es sospechosa, se realiza una biopsia.
La biopsia oral se realiza para determinar la causa de una lesión o molestia en la boca. Por lo general:
- Se administra anestesia local para adormecer el área, mediante un spray o una pequeña inyección.
- Se extrae un trozo de la lesión. Dependiendo del tipo de biopsia, esto puede implicar la extracción de un pequeño fragmento de tejido con un bisturí o una herramienta especial de biopsia por punción.
- Se aplica presión con una gasa para detener cualquier pequeña hemorragia que pueda ocurrir.
- En algunos casos, se puede utilizar un cauterio químico, como el nitrato de plata, para detener la hemorragia, o un electrocauterio, con o sin sutura adicional.
Existen varios tipos de biopsias orales, incluyendo la biopsia incisional (donde se toma solo un fragmento de la lesión sospechosa), la biopsia con sacabocados (donde se extrae un pequeño cilindro de tejido con una herramienta especial) y la biopsia por escisión.
¿Es dolorosa la biopsia de lengua?
La biopsia oral puede causar cierta incomodidad. Sin embargo, la mayoría de los pacientes informan de un dolor mínimo. Es posible que se administre anestesia local para minimizar el dolor. A pesar de que la gran mayoría de los pacientes califican el procedimiento como poco doloroso o soportable, una minoría de pacientes lo etiquetan de doloroso. Es importante recordar que cada persona puede tener una experiencia diferente y siempre se debe consultar a un profesional de la salud para obtener asesoramiento médico adecuado.
¿Qué cuidados debo tener luego del procedimiento de biopsia de lengua?
Después de someterte a una biopsia de la cavidad oral, es crucial seguir ciertos cuidados para garantizar una recuperación óptima:
- Manejo del dolor: Comienza a tomar analgésicos antes de que desaparezca la anestesia, generalmente dentro de las 2 a 3 horas posteriores al procedimiento. Evita el consumo de aspirina o ibuprofeno, ya que podrían causar sangrado en el sitio de la biopsia.
- Sangrado: Es posible que experimentes un leve sangrado en el área de la biopsia. Si observas sangre, utiliza la gasa estéril proporcionada. También puedes aplicar una bolsa de té negro humedecida en agua caliente y colocarla con presión sobre el sitio de la biopsia durante 15 a 20 minutos.
- Alimentación: Evita consumir alimentos calientes o picantes el día de la biopsia, así como también aquellos con bordes afilados. Se recomienda una dieta blanda o líquida durante las primeras 24 horas.
- Higiene oral: Cepilla tus dientes como de costumbre, pero evita la zona de la biopsia.
- Evitar el tabaco: No fumes durante al menos 72 horas, ya que esto aumenta el riesgo de desarrollar una infección en la herida.
- Puntos de sutura: Si se te aplicaron puntos de sutura, estos deberían caerse en un plazo de 10 días.
- Monitoreo de infecciones: Si observas que el área se vuelve cada vez más roja y dolorosa alrededor del cuarto o quinto día, podría indicar una posible infección.
Recuerda siempre seguir las instrucciones específicas de tu médico y no dudes en contactarlo si tienes alguna pregunta o preocupación.
¿Estás buscando un equipo médico comprometido y especializado en cirugía de cabeza, cuello, piel y partes blandas?
En MediPRO, nos enorgullece ofrecer servicios de vanguardia diseñados para cuidar tu salud de manera integral. Nuestros expertos cirujanos están dedicados a brindarte el mejor tratamiento posible, utilizando las últimas tecnologías y técnicas para garantizar resultados óptimos. ¡No dejes tu salud en manos de cualquiera! Agenda tu cita hoy mismo y descubre la diferencia que puede hacer MediPRO en tu vida. Tu bienestar es nuestra prioridad.